D. SALVADOR DE OZTA
TERMINADOS los estudios en el Alcázar de Segovia ascendió á subteniente de Artillería en la promoción de 1791, y á capitán primero del Cuerpo en 1803, con destino á la fábrica de municiones de Orbaiceta. En este establecimiento seguía en 1808 y en él adquirió la práctica de la fundición de proyectiles que con tanto éxito planteó en el segundo Sitio de Zaragoza, correspondiendo eficazmente á los apremios de la necesidad.
Aquel espíritu de honor y patriotismo que inflamaba á los oficiales del Real Cuerpo, sacó á Ozta de las amenazadas soledades de Orbaiceta, llevándole por propio impulso á la capital de Aragón, donde bien pronto tuvo motivo de distinguirse, puesto que por su comportamiento en las jornadas de 1.° y 2 de julio mereció que el general Palafox le ascendiese á sargento mayor de artillería (Alcaide—Tomo 1º cap. 12); y siendo el oficial del Cuerpo de mayor antigüedad y graduación, cúpole en suerte desempeñar el difícil cargo de comandante Sitio. en la plaza que ejerció durante todo el resto del primer Sitio.
Dedicado por completo á la dirección de todos los múltiples artillados del recinto, y asistiendo siempre al puesto de mayor peligro, mandó en persona, el 4 de agosto, la batería de Santa Engracia, tan rudamente atacada por el enemigo que perecieron todos los artilleros, resultando gravemente herido nuestro biografiado, que no consintió le retirasen de aquel puesto de honor hasta que una segunda herida vino á sacarle de combate (Alcaide—Tomo 1, cap. 19, pág. 204 y primera nota de la pág. 308.)
Todavía convaleciente de sus heridas del primer Sitio, vino el segundo á poner nuevamente á prueba la inteligencia y el valor de Ozta. En esta celebrada ocasión tenía el mando superior de la artillería el general D. Luis Gonzaga de Villava, encargándose Ozta de la dirección de la maestranza, en cuyo destino fué incansable. Tenía talleres en la Aljafería, en la Universidad, en el Convento de San Francisco, en la casa de la Baronía de Torrellas, sita en la plaza del Pilar, y hasta en la torre del Arzobispo. Construyó toda clase de efectos de guerra, fabricó pólvora, talló piedras de chispa, fundió metralla y proyectiles sólidos y huecos, en cuya tarea le auxilió á gran el comisario de Artillería D. Vicente Ezpeleta, que práctico y, en una palabra, prosiguiendo la grande obra del ilustre Cónsul y del benemérito D. Ignacio López Pascual, puso los improvisados talleres en tan excelente talle que respondieron en cuanto fué humanamente posible, á las más imperiosas necesidades de la defensa.
Bien entrado el mes de enero de 18o9, fué nuevamente destinado Ozta al mando de las baterías (Alcaide—Tomo II, cap. lo, pág. 131) relevándole D. Juan Cónsul en la dirección de los talleres. Y aunque nada dicen los historiadores de su comportamiento en el último período de la defensa, ni particularizan sus hechos militares seguramente los llevaría á cabo con el valor de tan relevantes antes pruebas diera en el primer Sitio.
En la Escala de 1810 figura como teniente coronel del cuerpo a cuyo empleo ascendió en 1811 aparece su nombre con el dicho emple de teniente coronel y
grado de coronel con destino en Cartagena, y la Regencia, de S. M., le concedió con fecha 7 de septiembre de 1811 Real licencia para casarse con la señora Dª Dolores González Berzabal; cuyos hechos patentizan que logró fugarse después del segundo Sitio de Zaragoza y que, por entonces no fué prisionero de guerra.
Pero lo fué en 1812 con motivo de la capitulación de Valencia, permaneciendo en dicha plaza de donde después de algún tiempo logró fugarse: y si bien justificó su conducta en el expediente reglamentario
A que como todos los prisioneros fue sometido, se advirtió en aquella algo equivoco, que molestaba la pundorosa susceptibilidad del cuerpo de Artillería. Lo cierto y positivo del caso fué, que á pesar de la envidiable y gloriosa nombradía conquistada por Ozta en la defensa de Zaragoza, fué puesto en entredicho y no admitida su continuación en el Real Cuerpo, en cuya Escala del año 1817 ya no figura, aunque poco después se le concedió el retiro con el haber correspondiente por Real Orden de 7 de mayo de 1818, según vemos en su hoja de servicios.
TERMINADOS los estudios en el Alcázar de Segovia ascendió á subteniente de Artillería en la promoción de 1791, y á capitán primero del Cuerpo en 1803, con destino á la fábrica de municiones de Orbaiceta. En este establecimiento seguía en 1808 y en él adquirió la práctica de la fundición de proyectiles que con tanto éxito planteó en el segundo Sitio de Zaragoza, correspondiendo eficazmente á los apremios de la necesidad.
Aquel espíritu de honor y patriotismo que inflamaba á los oficiales del Real Cuerpo, sacó á Ozta de las amenazadas soledades de Orbaiceta, llevándole por propio impulso á la capital de Aragón, donde bien pronto tuvo motivo de distinguirse, puesto que por su comportamiento en las jornadas de 1.° y 2 de julio mereció que el general Palafox le ascendiese á sargento mayor de artillería (Alcaide—Tomo 1º cap. 12); y siendo el oficial del Cuerpo de mayor antigüedad y graduación, cúpole en suerte desempeñar el difícil cargo de comandante Sitio. en la plaza que ejerció durante todo el resto del primer Sitio.
Dedicado por completo á la dirección de todos los múltiples artillados del recinto, y asistiendo siempre al puesto de mayor peligro, mandó en persona, el 4 de agosto, la batería de Santa Engracia, tan rudamente atacada por el enemigo que perecieron todos los artilleros, resultando gravemente herido nuestro biografiado, que no consintió le retirasen de aquel puesto de honor hasta que una segunda herida vino á sacarle de combate (Alcaide—Tomo 1, cap. 19, pág. 204 y primera nota de la pág. 308.)
Todavía convaleciente de sus heridas del primer Sitio, vino el segundo á poner nuevamente á prueba la inteligencia y el valor de Ozta. En esta celebrada ocasión tenía el mando superior de la artillería el general D. Luis Gonzaga de Villava, encargándose Ozta de la dirección de la maestranza, en cuyo destino fué incansable. Tenía talleres en la Aljafería, en la Universidad, en el Convento de San Francisco, en la casa de la Baronía de Torrellas, sita en la plaza del Pilar, y hasta en la torre del Arzobispo. Construyó toda clase de efectos de guerra, fabricó pólvora, talló piedras de chispa, fundió metralla y proyectiles sólidos y huecos, en cuya tarea le auxilió á gran el comisario de Artillería D. Vicente Ezpeleta, que práctico y, en una palabra, prosiguiendo la grande obra del ilustre Cónsul y del benemérito D. Ignacio López Pascual, puso los improvisados talleres en tan excelente talle que respondieron en cuanto fué humanamente posible, á las más imperiosas necesidades de la defensa.
Bien entrado el mes de enero de 18o9, fué nuevamente destinado Ozta al mando de las baterías (Alcaide—Tomo II, cap. lo, pág. 131) relevándole D. Juan Cónsul en la dirección de los talleres. Y aunque nada dicen los historiadores de su comportamiento en el último período de la defensa, ni particularizan sus hechos militares seguramente los llevaría á cabo con el valor de tan relevantes antes pruebas diera en el primer Sitio.
En la Escala de 1810 figura como teniente coronel del cuerpo a cuyo empleo ascendió en 1811 aparece su nombre con el dicho emple de teniente coronel y
grado de coronel con destino en Cartagena, y la Regencia, de S. M., le concedió con fecha 7 de septiembre de 1811 Real licencia para casarse con la señora Dª Dolores González Berzabal; cuyos hechos patentizan que logró fugarse después del segundo Sitio de Zaragoza y que, por entonces no fué prisionero de guerra.
Pero lo fué en 1812 con motivo de la capitulación de Valencia, permaneciendo en dicha plaza de donde después de algún tiempo logró fugarse: y si bien justificó su conducta en el expediente reglamentario
A que como todos los prisioneros fue sometido, se advirtió en aquella algo equivoco, que molestaba la pundorosa susceptibilidad del cuerpo de Artillería. Lo cierto y positivo del caso fué, que á pesar de la envidiable y gloriosa nombradía conquistada por Ozta en la defensa de Zaragoza, fué puesto en entredicho y no admitida su continuación en el Real Cuerpo, en cuya Escala del año 1817 ya no figura, aunque poco después se le concedió el retiro con el haber correspondiente por Real Orden de 7 de mayo de 1818, según vemos en su hoja de servicios.